Pequeña gran vida, ¿la peor película de Alexander Payne?

Los últimos estudios en varios campos han dicho que el ser umano se encuentra en una étapa final de su existencia, a menos de que encuentre un milagro y una forma de sobrevivir a las consecuencias de su propio descuido al planeta donde vive, su extinción es inminente, no ahorita pero sí en algunos años.


Paul Safranek (Matt Damon) es un hombre casado con Audrey (Kristen Wiig), ambos deciden gracias a los problemas económicos, someterse a un procedimiento comprobado de miniaturización. Un descubrimiento que hace años realizó un investigador sueco. Ahora, para reducir la huella humana, el tres porciento de la población ha decidido estar en tendencia y reducirse a 12cm de tamaño.

¿Interesante? Claro que suena increíble una película que plasma como posible un descubrimiento científico de esta magnitud. Alexander Payne, director y guionista de esta película logra interesarte en los primeros mínutos por sus personajes principales, creerte el hecho científico por la minuciosa forma de presentarlo y a parte de todo por el humor negro impreso dentro de la historia. Pero, lo presentado en los cuarenta primeros mínutos pierde fuerza al cambiar de rumbo su premisa científica. Cuando estas sumergido en este mundo miniatura el director se vuelca por una crítica externa hacía las minorias como los latinos, asiáticos, etc. Esta observación de Payne aún no entiendo si fue racista o meramente empática de su parte, simplemente porque al acostumbrarte a esta nueva historia de Paul Safranek el realizador voltea la tuerca y torna la historia en un viaje de autodescubrimiento personal que cuestiona los objetivos de vida de su personaje. Dentro de este viaje, Paul se da cuenta gracias a la primera población miniatura que el mundo ya se va acabar, que el fin de los días es inminente y que debe seguirlos al centro de la tierra, donde ha sido establecida una sociedad sustentable que sobrevivirá el calentamiento global y resurgirá en 8 mil años.


No, no lo estoy inventando, el director se quiere ver tan adelantado a su generación que nos pierde a todos en la sala de cine con una historia que abre hilos conductores que no concluye, que caricaturiza su propia premisa convirtiéndola más en un chiste que en el serio planteamiento que habías visto mínutos antes. No se enfoca en el autodescubrimiento del personaje, no concluye el descubrimiento científico y hace increíble (inverosímil) la historia del personaje de Matt Damon. Desperdicia de manera garrafal a Christolph Waltz y aunque cuenta con momentos de humor memorables, la película no logra cuajar absolutamente nada de lo planteado.

Lo único destacable es un poco la presencia de Damon, pero lo realmente destacable es la empatía que generas con su personaje femenino (no es Kristen Wiig), Hong Chau como Ngoc Lan Tran, una vietnamita discapacitada de la cual se enamora Paul Safranek en este viaje personal y espíritual. Ella a mi punto de vista se roba la película con una participación conmovedora y creíble que se gana mi respeto, sin embargo no salva la película de ninguna forma.

Esta es de las pocas películas donde yo digo, vayan a verla bajo cuenta y riesgo, aunque el director ya haya sido oscareable con películas como "Los descendientes" y la grandiosa "Nebraska" no se nota nada y dista mucho de ser su mejor trabajo.

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