Triste canción de amor, la brecha de la vida

En el terreno amoroso el cine es rey, todos queremos ver una película romántica que nos haga subir a lo más alto del sueño. Películas como "Diarios de una pasión", "Los puentes de Madison", "Siempre el mismo día", etc. Nos hacen viajar, llorar y enamorarnos. Lamentablemente al salir del cine nos topamos con la cruda realidad, las relaciones humanas no son lo que vemos en pantalla y aunque así lo qusieramos es muy difícil de que suceda.



"Triste canción de amor" de Sarah Polley, expone la vida de una pareja en la ciudad de Toronto, Canadá. Margo (Michelle Williams) y Lou (Seth Rogen). Ella es una escritora en busca de inspiración y él un escritor de libros de cocina de pollo en todas sus posibles versiones. El amor en esta pareja es evidente, sin duda su historia es muy entrañable, pero Margo se siente atrapada en la monotonía, está segura de sentir lo que siente por su esposo, al mismo tiempo está cansada de sentir que todo se repite cada día, al igual que comer pollo todos los días, el contar con el mismo amor en casa le resulta tedioso.

Un día, en un viaje conoce a Daniel (Luke Kirbi), un artista pintor que conoce durante sus vacaciones y después de vivir un flirteo con él y de casualmente encontrarse en el avión, descubre que vive frente a ella, a unas cuantas casas y todo se complica.

La también escritora Sarah Polley ya fue nominada a un Oscar por "Away from her" en el 2007 por adaptar un guión como este así como dirigir a su actriz principal, Julie Christie, que obtuvo el Globo de Oro por este personaje con Alzhaimer. Ahora con "Take this waltz", una historia original de su propia pluma, Polley explora lo intrincado del amor una vez que piensas que lo has encontrado y tienes una historia con el "amor de tu vida", hasta que llega alguien a mover tu mundo al darte cuenta que no lo tenías todo, o por lo menos eso crees.



Margo, tiene una fobia que la caracteriza, los "in betweens", es el estado por el que pasas cuando debes bajar de un avión y transbordar a otro. Le angustia no llegar a tiempo y perderse en el lugar. Esto, sin darse cuenta lo transpola a sus relaciones, llevándose a ella misma a estar entre dos amores, el esposo que la ama incondicionalmente,  con el que creía viviría hasta ser viejos y por otro lado un hombre que la ama, pero, es un amor mucho más físico, mas químico que la hace sentir su propio sexo. Se siente aterrada por la posibilidad de lastimar al que pensó sería el hombre de su vida, cambiarlo por alguien "nuevo", que no es monótono.

Hay un momento clave en el que Margo, en una feria se sube a un carrusel que solamente gira, y de musica de fondo se escucha la canción "The video kill the radio star" de Hans Zimmer, que a mi parecer, el que la escritora añadiera esta canción a la película es muy significativo por su título, acerca de como lo viejo o conocido se cambia por lo nuevo. Es triste, pero, sucede en las relaciones y esta comparación de la directora Sarah Polley es increíble al darle un enfasis muy emotivo.



También, algo que valoro mucho de este filme es su paleta de colores. Todo es muy cálido y le da un tono conmovedor a la historia. Así como las actuaciones, primero de Seth Rogen, que es un niño grande en la manera de ser con su esposa, que la trata como si ambos fueran adolescentes, cariñoso, pero carente de líbido. Después Michelle Williams, una mujer que nunca es infiel, pero que se siente muy atraída por Daniel y que por momentos toma la decisión de caer ante los encantos de este hombre y después, al estar ahí se arrepiente. La química entre estos actores es extraordinara, es la vida de esta película y ambos brillan por sí solos.

Sarah Polley logra cautivar con personajes y una historia entrañables acerca de como a veces nos volvemos locos tratando de cubrir las pequeñas brechas de la vida, cuando nunca terminaremos de estar satisfechos, porque somos humanos, solo es cuestión de estar quietos.











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