Bumblebee, la forma en la que debió comenzar Transformers.
El nuevo reboot/spin-off de la franquicia robótica es una reivindicación
efectiva por Travis Knight y es la forma en la que debió comenzar Transformers.
Cuando escuchamos hablar de una nueva cinta de Transformers,
automáticamente el nombre de Michael Bay viene
a nuestra memoria, cineasta detrás de las 5 entregas anteriores que nos ha
entregado el resultado que ya todos conocemos y que podemos resumir en una
palabra: “explosiones”.
Ahora la tarea de dar un nuevo aire a la saga quedó en manos de Travis Knight, conocido por su trabajo
en animación stop-motion en Coraline, Paranorman
& Boxtrolls, además de su primer dirección en la entrañable Kubo and the Two Strings del estudio Laika, que para su segundo proyecto se
encargó de darnos la primer aventura en solitario de nuestro Transformer favorito: Bumblebee.
La guerra en Cybertron ha
estallado, la resistencia Autobot lucha arduamente por derrotar a los Decepticons, y en un intento desesperado
por salvar a Bumblebee, Optimus Prime lo envía a la Tierra para
establecer una base y poder reagruparse. Al impactarse en la Tierra, el pequeño
transformer tomará la forma de un beetle amarillo para esconderse y esperar las
instrucciones de Prime. Hasta que es encontrado por Charlie Watson, una chica
de 18 años quien estaba en busca de su primer auto.
Pronto comenzarán una relación de amistad única, pero el peligro se
acerca cuando los decepticons encuentren a Bumblebee
y estén determinados a destruir a la escoria autobot para siempre.
La trama, al igual que la primera cinta de 2007, se centra en la fuerte
relación que crean Charlie y Bumblebee, del lazo tan fuerte que los
conecta y el apoyo que le brinda a la chica al no tener un lugar en la sociedad
y sentirse excluida. Y en Bee encontrará
un gran amigo en quien confiar.
Y es aquí donde encontramos el núcleo y corazón de la cinta. La
protagonista Hailee Steinfled, nominada
al Oscar por True Grit, logra cargar
el peso de un blockbuster en sus hombros con creces con una interpretación emotiva
y empática. Desde el primer momento que se encuentra con el autobot, la química
es palpable y natural, esto gracias a los gestos de Bee, que denotan las emociones que quiere expresar con sonidos y
movimientos. A su vez que Hailee logra representar a una chica con problemas
familiares y un malhumor a causa de una pérdida que la tiene con un vacío
existencial.
Al elenco lo complementa John Cena como el agente Burns del Sector 7,
que pasa sin pena ni gloria, que por cierto, hay un pequeño guiño a un
personaje de la saga de Bay. En general el elenco funciona para llevar la
película, tanto la familia que trata de entender las actitudes de Charlie, como
el chico que está interesado en ella y se convierte en su incondicional amigo y
los agentes del gobierno colaborando con los decepticons bajo un engaño para
cazar a Bee.
Los principales problemas de la cinta recaen en su estructura narrativa
y el exceso de melodrama. Desde los primeros momentos vemos la guerra entre
transformers en Cybertron de forma espectacular, algo que los fans habían estado
esperando, para después pasar a la Tierra con la relación de Charlie y Bee.
Pero para el clímax de la cinta todo se vuelve genérico y predecible; llega a
ser emocionante, pero desafortunadamente no logra impactar a la audiencia y
termina siendo un blockbuster más.
Y a esto se agrega un uso excesivo en la emotividad para empatizar con
la protagonista que termina por ser forzado. Apela en repetidas ocasiones el
sacar una lágrima al espectador con lo inquebrantable que es la amistad en la
película, y el discurso pierde impacto y se diluye en el desenlace.
Aun con sus fallas en su desarrollo, el diseño de producción y los
efectos visuales están a la altura de la franquicia. Claramente se ve un cambio
en la silla del director. El enfoque cambia y hay un mejor balance entre los
personajes humanos y los personajes robóticos.
Ahora solo falta esperar a que esta reivindicación cambie el curso de Transformers y nuevos cineastas
participen aportando su visión a la franquicia. Por lo pronto, Bumblebee es la forma en la que debió
comenzar este universo.
Texto: Carlos Huerta
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