El hombre que mató a Don Quijote, Terry Gilliam hace épico el relato

Probablemente cuando pensamos en "El Quijote de la Mancha" como clásico literario nos imaginamos los eternos soliloquios en castellano de un personaje perdido en una fantasía sin fin. Sin embargo Terry Gilliam hizo una película con Adran Driver como "Sancho" y Jonathan Pryce como "El Quijote" fuera de serie, nunca te imaginas esta épica de esta manera.


He visto muy pocas películas de Terry Gilliam, pero lo que he visto me ha gustado bastante. Los hermanos Grim, Theorema zero y El imaginario mundo del doctor Parnassus me dejaron perplejo, mucho más la última. El estilo del director siempre es saturado, tanto en elementos visuales como guionísticos. Todo es muy medieval, rococo y siempre está pasando algo en todas sus escenas, incluso cuando los protagonistas no son el centro de la atención.

Toby es un director de cine que en sus inicios realizó una película acerca de Don Quijote de la Mancha. Después se dedicó a hacer comerciales, pero ahora busca retomar su camino como director de cine y quiere rehacer lo que hizo como ópera prima. Ya en la filmación, la locación no logra inspirarlo, por lo que va y visita la zona donde filmó la primera vez. Visita a sus actores, los que quedan vivos y descubre que su película cambió la vida de cada uno de los involucrados, incluso del pueblo como destino turístico. La realidad y la fantasía se combinan de manera confusa y Toby debe luchar por mantenerse cuerdo y no terminar siendo el Sancho Panza de su propia historia.

Mas que la búsqueda de la historia perfecta para una película, el metaguión de Terry Gilliam sirve como un proceso descubrimiento personal para su personaje principal pero, no dejando de lado la carismática historia del Quijote. Es una película que apela mucho a la paciencia del espectador, en primera por su duración y segunda por lo complicado de su historia. Los va y vienen de sus flashbacks e introducción de personajes la hacen parecer una película coral y puede llegar a confundir al espectador. 

El cine dentro del cine ya lo hemos visto implementado con varios directores, uno de ellos es Pedro Almodóvar, el manchego recurre frecuentemente a este recurso para confrontar a sus protagonistas y al espectador. Sin embargo en El hombre que mató a Don Quijote Gilliam lo hace para dotar a su historian de una metarealidad que combinada con el realismo mágico la hace parecer como estar en un sueño, donde todo parece estar inconexo y sin razón, pero no es así; y como en los sueños, nada es coherente, pero todo forma parte de una realidad dentro. Estas dos líneas de tiempo con Toby como personaje en común se van fusionando llevando al personaje y al espectador a una confusión donde aceptas lo fantástico como real y lo real como un mal sueño. Esta alquimia de tiempos es manejada con una maestría impecable, una dirección de actores que te lleva del drama a la risa y de esta al asombro.

Es cierto que para disfrutar de esta película sí se necesita de un conocimiento previo sobre el trabajo del director, de otro modo no sabrás por donde vas y terminarás confundido en el mejor de los casos o saliendo del cine decepcionado. Pero si realmente quieres ver algo que probablemente no has visto y retar a tu mente a ver algo que va más allá del entretenimiento, esta película puede ser para ti, porque lo tiene todo, buenos diálogos, excelentes escenas y más que nada excelentes actuaciones por parte de Adam Driver y Jonathan Pryce que llevan ambos personajes con una química increíble. Pryce como el Quijote es extraordinario.

El hombre que mató a Don Quijote es divertida, dramática pero mantiene un diálogo acerca de la pasión por lo que se quiere hacer cuando se está seguro. ¡Es extraordinaria!











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