Feliz día de tu muerte 2, ¿la muerte de la diversión?


Por increíble que pudiera parecer, Happy Death Day (2017)” no terminó ahí. La extraña y pintoresca película Christopher Landon, consiguió robar los corazones de los fans del género slasher y de paso, inflar los bolsillos de Universal Pictures. Una película en la que invirtieron la minúscula cantidad de 4MDD, logró superar la cifra de los 120MDD en recaudación. Una pasada. En cuanto a Landon se le ocurrió la segunda, dijeron ¿Cómo no?.



Happy Death Day 2U comienza con bastante solvencia: Ryan (Phi Vu), compañero de cuarto de Carter (Israel Broussard), despierta en su auto. Curiosamente, es martes 19 de Septiembre. Recorre el campus rumbo a su habitación y se encuentra con Carter y Tree (Jessica Rothe). Después, se dirige hacia su “laboratorio” donde trabaja en un proyecto de reactor cuántico, junto a sus compañeros de ciencia, Samar y Dre (Suraj Sharma y Sarah Yarkin). Después, a solas en el laboratorio, es cruelmente asesinado por un misterioso ser disfrazado de Babyface. Ryan despierta en su auto, y vive lo mismo nuevamente. Está atrapado en un bucle del 19 de septiembre. Confundido, narra su historia a Carter y Tree, quienes inmediatamente entienden su situación y se disponen a ayudarlo, hecho que provoca que Tree vuelva a repetir la pesadilla de su cumpleaños.
Incongruencia en el máximo circuito.

Happy Death Day 2U es una película de comedia con tintes de horror (slasher) y ciencia ficción, repartidos en partes desiguales, quizás un cincuenta-veinticinco-veinticinco. Happy Death Day 2U no consigue sostenerse como secuela y no aporta grandes datos o respuestas a las “dudas” que podrían haber generado su predecesora. Y es que es la única explicación (además del dineral) que podría encontrar como razón del por qué una secuela. Jessica Rothe vuelve a ser protagonista de la historia y a pesar de que en determinados momentos pareciera que tampoco entiende hacia dónde va la trama (si es que existe), lo hace muy bien. Siendo ella una actriz fresca y con muchísima personalidad para el papel, a veces deseas que ya, en serio, se muera. Y no es por ella, es por lo repetitivo y exagerado que es el guion. Vale, ya entendimos que se muere y regresa, pero hombre joder, lo vimos ya durante más de UNA HORA el año pasado, no es necesario verlo de nuevo. De verdad que no.

Para suerte de Landon (o la nuestra), la química de los personajes en pantalla resulta tan eficiente que consigue relajar un pelín la avaricia del insoportable y absurdo libreto presentado. Con una sobre saturación de chistes bobos, el alma teórica de la película comienza a perder su esencia, provocando que el espectador caiga en una singladura sin fin aparente. Y quizás sea también un problema con esta cinta. No puedes tomar y perderte cualquier minuto proyectado, pero no precisamente por su calidad, sino por la irreverente y ambigua linea que maneja, la cual puede confundir a cualquier pensativo de calle, como su servidor. Ahí está el horror.
La producción corre a cargo de Blumhouse Productions, lo cual es sinónimo de esfuerzo y - regularmente – calidad. Quizás en la escena post-créditos es cuando fallan en el truco de establecimiento cartolandia, pero a esas alturas, ya es olvidable. Algo así, como su ‘moderno’ soundtrack.

Si alguien sintió que la primera cinta fue ‘buena’, seguramente adorará en parte esta secuela. Una segunda parte que nadie pidió. Desafío a cualquier valiente a ver este filme sin bostezar en más de una ocasión.

Texto por: Alex Coca

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