Maestras del engaño. Comedia, estafas y discurso de género.
Uno de los temas recurrentes en el cine es el de los
estafadores, y cómo no serlo si es ahí donde estos antihéroes pueden exhibir su
astucia, sagacidad e inteligencia encaminadas a engordar sus billeteras o,
mejor aún, sus cuentas bancarias. Con aventuras emocionantes y entretenidas
(claro, siempre y cuando no seamos los estafados) se retrata a estos seres que
creen merecer más de lo que tienen y logran obtenerlo a través de fraudes,
timos y engaños.
Lo curioso es que por lo general en estas historias
los estafadores suelen ser hombres. Por ello, en un giro de tuerca, “Maestras
del engaño” nos presenta a dos mujeres. La sofisticada británica Josephine
Chesterfield (Anne Hathaway) y a la desenfadada australiana Penny Rust (Rebel
Wilson) con un objetivo en común: estafar a los hombres partiendo de los prejuicios
que tienen ellos sobre las mujeres.
Lo interesante a mi parecer en el tema de las
estafas es este esfuerzo por incorporar lo femenino en terrenos masculinos. Ya
lo habían hecho con Ocean's 8: Las estafadoras” (2018), un spin-off de la trilogía que comenzó con Ocean's
Eleven: La gran estafa” (2001) y ahora con Maestras del engaño, que resulta
ser un remake de la cinta Dirty
Rotten Scoundrels: Dos pícaros sin vergüenza (1988).
Lo primero que puede destacarse es que el combo
Hathaway-Wilson funciona, cada una de ellas está muy bien en su papel. Lo
cierto es que las dos son buenas comediantes, con estilos propios y definidos,
aunque muy distintos. Lo segundo a tomar en cuenta es que la historia se va construyendo
chiste tras chiste, algunos a veces sin mucho sentido pero si eres de risa
fácil, logrará hacerte pasar un buen rato. El tercer punto es el resultado de
una comedia entretenida. Sí, con algunos elementos de discurso de género pero
sin caer en el feminismo. En general la película no se toma muy en serio a sí
misma pero el guión tiene cordura.
El humor que le caracteriza cae en la sátira y esto
es posible gracias a un buen reparto que hace exactamente lo que le toca hacer,
ya sea si el papel es serio, fársico o hasta kitsch. Los personajes, aunque
caricaturizados, están bien creados y se sostienen gracias a sus actores. Para
rematar el peculiar estilo de esta comedia le acompaña un soundtrack que acentúa
las situaciones que vemos en pantalla.
En conclusión, “Maestras del engaño” queda a medio
camino entre lo crítico y lo divertido. Parte en esencia de esta idea de la
inferioridad de la mujer en el imaginario masculino pero lo convierte en un
arma de doble filo, en algo risible y cómico. Lo cómico siempre es un género
complicado, la recomendación va por alentar tu curiosidad y verla con el ánimo
de dejarte llevar y simplemente divertirte, sobre todo si eres fan de los
trabajos de Rebel Wilson y Anne Hathaway.
Texto por: Nubia Cejudo
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