Mike Flanagan, las películas para entender su estilo en Doctor Sueño

El género del terror tiene nuevos exponentes como Ari Aster (Hereditary, Midsommar), Robert Eggers(The witch, El faro) y David Robert Mitchell (It follows)...

Sin embargo desde hace unos años y, probablemente paralelo al surgimiento de esto nuevos creadores de cine de género, una nueva pluma comenzaba darse a notar sin generar tanto ruido ni en festivales de horror ni palmas de oro, nada.



Mike Flanagan comenzó su carrera como director con un cortometraje llamado Oculus: chapter 3- The man with the plan, que años más adelante inspiró Oculus: el espejo del mal. Filme con el que saltó un poco más hacia los reflectores.

Oculus: el espejo del mal es una historia que sorprende mucho más por su montaje y estilo que por la misma historia en sí. La historia es acerca de dos hermanos, Kaylie y Tim Russel, que después de que sus padres murieron cuando ellos eran pequeños, fueron separados. Tim al salir de la correccional por ser acusado del asesinato de su padre vuelve a ver a su hermana y ambos quieren descubrir que fue lo que realmente pasó y la respuesta se encuentra dentro de un espejo que desde su llegada a la nueva casa ha causado eventos inusuales en la casa y comportamientos extraños en sus padres.
Oculus/Mike Flanagan

Lo primero que vi del director fue La maldición de Hill House en Netflix, esto me hizo ponerle atención, más que por ser una serie de horror, por tener un estilo peculiar en guion y montaje. Aunque Mike Flanagan ya daba trazos de ser un director con ideas frescas dentro del género y que ya había sido reconocido por Stephen King por Oculus: el espejo del mal, no fue hasta que adaptó su propia versión del relato oscuro de Shirley Jackson que dio a notar la maestría con la que maneja la cámara y la forma en que escribe a sus personajes.

Oculus: el espejo del mal es un ejemplo perfecto de que el director se desborda por los timelines paralelos. Al ser un relato de los hermanos en su vida adulta, pero que viaja en flashbacks para revelarnos qué fue lo que llevo a la destrucción de su familia.

Al principio los saltos al pasado eran muy espaciados, sin embargo es en la segunda mitad cuando el montaje de las historias alternas se vuelve cada vez más rápido y cohesionado, hasta que es más difícil diferenciar un tiempo del otro. No obstante la película no es confusa, es aquí donde el director da a notar que conoce muy bien su historia, su guion y como quiere el montaje al demostrar que sabe como embonar niñez con la vida adulta de Kaylie y Tim.

Este desarrollo de las dos líneas del tiempo en paralelo incrementa el suspenso y hace que el terror tome más sentido cuando entiendes la historia familiar de los Russel. Un estilo que el director a estilizado aún más ya para sus trabajos más recientes como La maldición de Hill House y Doctor Sueño.

Después dirigió Hush, un relato co escrito con su esposa Kate Siegel (que también actúa dentro de la película) acerca de una escritora exitosa que es sordomuda. Que se encuentra en el proceso creativo de su nueva novela y también en el proceso de duelo de una ruptura amorosa cuando es atacada por un asesino en su casa de campo.

Hush
 El trabajo aquí también es destacable porque presenta una historia que hemos visto muchas veces, pero la habilidad de Flanagan para contarla es indudable. Su técnica de dirección de cámaras es mucho más fluida y hace que el horror sea mucho más ágil y entretenido. Aunque en esta película tenemos un personaje muy plano, es decir, que no se explora mucho en las razones de porque terminó una relación o porque está sordomuda, la situación de vulnerabilidad hace que de inmediato tengas empatía por ella. Aquí la implementa una corrección de color con filtros azules que ayudan a crear una atmósfera, estilo que perfecciona bastante a través de los años.

Lo verdaderamente importante de Hush es que el guion está muy bien escrito y, aunque el personaje nunca habla, todo se recarga en la atmósfera que el director trata de transmitir desde un inicio y le funciona muy bien.

Después dirigió Ouija: el origen del mal, que resultó ser mejor que su primera parte al ser retomada por Flanagan, que le proporcionó más la intención de ser una película de horror sobrenatural, pero con motivos familiares. Una vez más el realizador pone como base un problema familiar para intensificar los sustos, que también se toman su tiempo en suceder, pero una vez que comienza la tensión no baja en ningún momento.


Ouija, el origen del mal

Mike Flanagan sabe perfectamente como darle el giro a una historia ya conocida, con una narrativa diferente. Aquí lo destacable es que es una película ambientada en los años setenta y también sabe como enmarcar perfectamente una época y no sólo poner un filtro vintage para generar la intención, realmente hay una atención a los detalles que le dan un plus a su historia, que por cierto, fue escrita y editada por él mismo.

El estilo de Flanagan es muy orfebre, hecho a mano. El escribe, dirige y monta sus propios proyectos. Todo esto lo implementó a la perfección en una de las primeras adaptaciones que Netflix hizo de los libros de Stephen King, quien ya estaba impresionado con el talento del director.

El juego de Gerald es la historia de un matrimonio que va en busca de encender la llama por medio de un viaje solos en una casa de campo. Al morir su esposo durante un juego sexual donde ella queda esposada, debe sobrevivir no sólo al hambre y al cansancio, también, en sus últimas horas de vida, a los demonios de su pasado.

Una historia que le queda como un traje a la medida, porque los personajes de Stephen King suelen ser de un corte mucho más íntimo, familiar y personal. Características que el director sabe manipular muy bien.



Aquí es una sola locación, con un solo personaje femenino con algunos flashbacks al pasado tormentoso de una mujer que tuvo que sobrevivir al abuso sexual que su padre le causó. Situación que toma relevancia y es representada por una entidad que la atormenta por las noches. Los demonios aquí sí son más metafóricos que de costumbre, pero no menos terroríficos. El trasfondo es un abuso sexual enmarcado con un eclipse de una luna de sangre. Mike Flanagan tiene en Carla Gugino a una mujer indefensa que entre líneas deja ver que la intimidad nunca fue algo placentero para ella, siempre representaba más una tortura, situación que llevó a su matrimonio a sufrir grietas, con un desenlace catastrófico y catártico para su personaje principal.

El tormento psicológico solo es comparable al horror de volver a enfrentar sus propios monstruos interiores. El juego de Gerald en una de las mejores adaptaciones a los libros del maestro del terror. En este punto la compañía de streaming comenzaba a colocarse como una venta efectiva para mostrar adaptaciones interesante para televisión, pero también con muy buenas historias y calidad visual.

La maldición de Hill House

En noviembre de 2018 Netflix lanza La maldición de Hill House, con la que Mike Flanagan hace gala de todos sus talentos como director. Aquí hay desplazamientos de cámaras geniales, diálogos profundos y dramáticos que denotan a un director que tiene un especial cuidado por el detalle. Sus filtros azules y verdes para el presente y cálidos para el pasado le dan textura a una historia de horror familiar.

De nuevo adapta una obra literaria que ya había tenido tratamientos anteriores, pero es con Flanagan con quien retoma el terror, el drama y catástrofe familiar.

Estos son algunas películas y series que hacen a Mike Flanagan el candidato perfecto para una adaptación de Stephen King como Doctor Sueño. Con un estilo fresco, terrorífico y diferente. Adaptación que creó un puente entre la obra de Kubrick y el la historia de King, reconciliándolos.

¡Con ustedes, un nuevo maestro del terror cinematográfico!













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