Cats... el American Idol de los gatos

Primero que  nada debo de reconocer varias cosas respecto a Cats de Tom Hooper:

Me parece impecable su manejo de cámaras, sus coreografías y canciones, al mismo tiempo que su escenografía. Todo juega para contar un cuento y es cuando todo toma sentido.


Todo funciona a favor de la historia y ese creo que podría ser su extraño encanto: que la fantasía está muy bien dirigida y producida, sobre todo las canciones que él mismo Andrew Lloyd Weber compuso para esta adaptación. Claro está también que se esforzaron en armar un cast que supiera actuar, bailar y cantar. Una de ellas es Francesca Hayward, la bailarina principal de The Royal Ballet, compañía de danza que ha montado: El cascanueces y La bella durmiente, de las cuales Francesca ha sido protagonista, así que por lo menos Victoria, el personaje central del musical se encuentra en muy buenas manos en cuanto fisicalidad y movimientos gatunos.

Asimismo la música escrita por su creador original es impresionante, porque aunque es una adaptación del libro de poemas cortos de T.S Elliot, Andrew Lloyd Weber se lleva el merito de crear uno de los mejores musicales y no sólo eso, uno de los más duraderos dentro de la cartelera teatral de Broadway. Aunque la historia se disfruta mucho más en el teatro y las letras de las canciones no lucen para nada en la adaptación cinematográfica, Weber pone toda su fuerza creativa para sacar adelante la película, aunque no lo haya logrado.

Loic Zimmerman es el encargado de todo el diseño de arte, pero también ha trabajado en Guardianes de la galaxia, Ghost in the shell y Godzilla: rey de los monstruos, tampoco tenemos a un improvisado al frente en este aspecto. Cada set es hecho mucho más estrambótico que el original en la obra musical. Se integran diseños mucho más urbanos y londinenses. Neones, colores oscuros dignos de la calle más sucia y tenebrosa. ¡Esto es genial!

El coreógrafo Andy Blankenbuehler es el responsable de crear cada una de las coreografías que parecen sacadas de una danza clásica. Todo está perfectamente ejecutado dentro de lo movimientos de los bailarines, la postura en los giros y los movimientos gatunos están llevados con excelencia, lastima que el manejo de las cámaras favoreciera más las tomas cerradas a los rostros que ocasionó que se notara mucho más el deficiente CGI que pretendía recrear el rostro de un gato y es ahí donde todo el trabajo técnico de escenografía, arte, música y coreografías se van a la basura.

La idea de adaptar una obra de teatro musical basada en un trabajo de T.S Elliot me parece una mala idea pero desde el origen, pero también forzada y a su vez innecesaria. Esto es resultado de la falta de ideas que actualmente afecta a la industria cinematográfica norteamericana. ¿Pero qué le hacemos? La idea de unos gatos humanoides es bizarra, sin embargo con una buena producción y ejecución el espectador se puede adentrar a este cuento, pero creo en realidad la idea  es inusual y extraña.

¿Algo que reprocharle a la película? Sí, que no tiene sentido y claramente eso no es culpa en si de la misma cinta. Lo siento por todo el trabajo detrás, pero al mirarla el espectador se puede preguntar: ¿qué demonios estoy mirando? No sabes si lo raro es ver unos gatos con forma humana o gente que con CGI aparentan ser gatos. ¡La verdad dan miedo y distrae al espectador  de todo lo artístico que tiene la película! Este importante detalle aleja del objetivo que tiene la historia: mostrar un relato acerca de los sueños y cómo se pueden cumplir.

La obra de teatro se disfruta mucho porque el teatro es totalmente inmersivo, pero la adaptación cinematográfica  es fallida por su CGI y porque obviamente  no tienes  el contacto  con los actores, que es, claro está, el encanto encanto de admirar  un trabajo de actuación y personificación  en vivo. Por todo lo demás, si te gustan los gatos, los musicales y tienes gustos artísticos por la danza o la expresión corporal, pero también te gusta la obra, Cats es para ti y puede que la disfrutes.

En pocas palabras, yo sí la disfrute de una manera extraña, no me desagradó como pensé que lo haría, no obstante es muy difícil que la vuelva a ver. 




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