Largo viaje hacia la noche: onirismo cinematográfico como estilo narrativo
Los
recuerdos son lo más cercano a un lenguaje cinematográfico que tenemos
intrínseco como seres creativos. Se puede decir que el cine se compone de ideas
y recuerdos creados solamente para vivir en nuestra memoria de manera
permanente, pero que no pertenecen a nosotros ni a nadie, pero se quedan ahí
implantados, como una memoria colectiva que compartimos junto a todos los que
vieron esa película.
El
director Bi Gan nos introduce a la
memoria de un hombre que regresa a su ciudad natal y comienza una búsqueda de
una mujer que conoció hace veinte años y que hoy en día solamente vive en su
memoria. Tratando de encontrarla va perdiendo la delgada línea entre el recuerdo
y la realidad, pero también la consciencia acerca de la propia existencia de
una mujer de la cual sólo guarda una foto.
El
onirismo cinematográfico es lo más cuerdo y racional cercano a la forma en que
la mente ordena nuestras ideas y memorias. Los recuerdos no están hilados por
fechas, pero sí por un impacto emocional que lo lleva a fijarse en la galerías
de imágenes y secuencias mentales, que después, como un déjà vu, es detonado
por un olor, color, palabra e incluso otra imagen, para traerlo de nueva cuenta
a nuestro consciente. De igual manera, podemos albergar recuerdos no de
situaciones, sólo de personas. Vivencias que no son secuenciales, pero si
reales en nuestras sensaciones, tanto que al recordarlos se vuelve a sentir el
amor, el coraje y la tristeza, todos presentes aunque el objeto del recuerdo ya
no esté físicamente con nosotros.
El
trabajo de Bi Gan en Largo viaje hacia la noche es importante
y trascendente. El reconocimiento que el Festival
de Cannes le dio por la forma en que plasma los recuerdos de su personaje
era casi obligado por la sección que visita dentro del Festival: A certain regard. Un espacio dedicado a
trabajos con nuevos estilos y tendencias tanto en narrativa como historia, en
la cual el trabajo del realizador chino entra perfectamente por su textura y
montaje. No obstante Largo viaje hacia la
noche visita estilos ya conocidos como el de Werner Herzog o bien, Ingmar
Bergman, al introducir discursos existencialistas y filosóficos inherentes
a este estilo de narrativa.
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