Para Sama y lo crudo del futuro en retrospectiva

Casi 500 mil muertos entre marzo del 2011 hasta el 2018 en el mismo mes son los que el conflicto civil en contra del gobierno de Bashar Al Asad ha conseguido. Difícil es pensar que un movimiento que comenzó por algunos jóvenes universitarios inconformes con la situación de Siria tomaría repercusiones internacionales en menos de 8 años y que arrastraría incluso a potencias mundiales como Rusia, pero no sólo eso, también toda la atención del mundo.

Para Sama
Para Sama


El documental filmado por Waad Al- Kateab pone muchas preguntas sobre la mesa, sin embargo las que logran retumbar más en la cabeza son: ¿Cuántas vidas cuesta tu futuro? ¿Cómo pagas esa sangre derramada por hacer que hoy estés aquí? Probablemente no son los cuestionamientos que se hacen en la vida diaria de este lado del mundo, por la sencilla razón que nadie ha tenido que dar la vida por nosotros o para que nuestros hijos sigan adelante o mucho más que eso, que un una misión mucho más grande sea cumplida. Waad comienza su relato en 2011 en su ciudad natal explicando que tuvo que dejar la casa de sus padres por ir a estudiar periodismo a la ciudad de Alepo, la ciudad más grande de Siria. Durante este tiempo conoce Hamza, un joven doctor que atiende a heridos por bombardeos en un hospital clandestino que él mismo adaptó con ayuda de más amigos que confiaban por su causa, que, sin saberlo se haría cada vez más peligrosa e importante.

Waad va filmando desde el desarrollo de su vida "normal" como estudiante pasando por su embarazo y alumbramiento en medio de una guerra civil contra el régimen de Bashar Al Asad, del cual ella y su esposo ya eran líderes y el mismo gobierno buscaba destruir cada indicio de ayuda hospitalaria que ellos construyeran a favor de la población.
Sama y Waad
Waad y Sama/ Para Sama


Lo importante del documental de Waad es, sí el tema de la guerra civil que va tomando cada vez más importancia conforme va avanzando el material, pero, lo fundamental por lo que esta joven lo comienza a filmar era algo mucho más importante para ella, su hija Sama. La narración comienza en forma de una suplica por perdón por traerla a este mundo en el que tendrá que crecer, un mundo que se encuentra en conflicto, un lugar donde llegaban docenas de muertos, entre ellos jóvenes, viejos, pero sobretodo, niños en los que Waad veía reflejada a su pequeña Sama. El material tiene contrastes que nos llevan de la esperanza de ver a un niño jugando en un camión pulverizado por una explosión suicida a imágenes tan fuertes como ver llegar a otro inocente deshecho por las esquirlas de una bomba que golpeó cerca de su casa y ser testigos de sus hermanos, niños también, llorando porque perdieron a su hermano menor.

En Para Sama sobra el análisis de cuál pudo haber sido la mejor toma para hacer lucir mejor el tópico, su desarrollo y a su personaje central, aquí todo el tiempo es cuestionarte si vale la pena traer niños como Sama al mundo, solamente para sufrir, para morir siendo ignorados por la sociedad internacional, sin que nadie se entere ni siquiera de su nombre, pero que tampoco era culpable por estar jugando a la pelota en la calle cuando al gobierno sirio se le ocurre lanzar una bomba. Tampoco era su culpa que un gobierno se sienta insultado porque su pueblo se levante en contra por la pobreza extrema en la que los tiene hundidos, así como no sabía que vivir la inocencia de crecer y jugar significaba un riesgo a la misma vida.

Para Sama
Para Sama en alfombra roja Cannes 2018


El documental es un duro golpe que aunque no ahonda en los motivos del conflicto, es algo que Waad deja de lado y ni siquiera es mencionado, resulta doloroso de ver y lleva a reflexionar al espectador acerca de la vida tan vacía que llevamos como sociedad occidental, dominados por el consumismo, la banalidad de qué color de zapatos llevaré a la próxima reunión del fin de semana o el tipo de peinado y si los amigos en Facebook dieron like a la mas reciente selfie cool que subimos a nuestros muros. Es un material que rompe nuestra frágil realidad como sociedad de inicios del siglo XXI, imágenes de las cuales seguramente huiremos en cuanto termine la película y queramos pasar a la siguiente recomendación de Netflix, situación de la cual nosotros sí podemos huir, pero ellos aún no. No hay cambios de canal ni comerciales que los libere de su realidad cruda y sangrienta.

Para Sama es extraordinario y la misión de cada uno de los que lo vemos es no dejar que eso siga pasando, ni en Siria, ni en África, ni en Suramérica, tampoco en México, debe ser compromiso de todos hacer la vida mejor a un niño que llora en la calle, de no ser así, en un futuro podríamos ser soldados en un avión liberando bombas a favor de un régimen solamente por no ser los siguientes en una lista de próximos a morir.







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