La sociedad reptiliana que nos rige: "Vivarium"
Vivarium es una película que se puede interpretar de muchísimas formas y que también puede resultar en distintas lecturas para el espectador. Lo que sí va ser igual en todos los casos es que al ser una película que se ha estrenado dentro del confinamiento mundial que actualmente nos aqueja, resultará ser una experiencia claustrofóbica, rara y ligeramente sospechosa...
Lorcan Finnegan, director irlandés explora el terror y la sociedad humana por medio de los propios ideales sociales que la humanidad se establece o bien, que nos impusieron.
Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg), son una joven pareja que están buscando dónde vivir. Dentro de su normalidad y búsqueda de su propio sueño de establecer una familia se encuentran con una rara inmobiliaria donde los atiende Martin, un asesor de bienes y raíces que de inmediato los convence de hacer una visita guiada a uno de los departamentos muestra dentro del mismo fraccionamiento llamado: "Más allá". Como en toda pareja, uno es más condescendiente que el otro, uno tiene el mal presentimiento de que algo raro pasa y el otro no tanto. Aún así ambos deciden seguir a Martin dentro de el conjunto habitacional que pronto se volverá el infierno mismo al recibir en una caja a un bebé al cual deberán criar como si fuera de ellos, hasta entonces serán liberados.
Finnegan ya había hecho exploraciones acerca del idílico sueño de la familia perfecta en el vecindario perfecto con un ligero toque de horror y ciencia ficción. En el 2011 realizó un cortometraje llamado Foxes, donde con apuntes visuales claramente parecidos a Vivarium logra repetir atomósferas de suspenso y ambigüedad. El director se adentra más a la soledad, la locura, pero también no dejando atrás la crítica social por medio de simbolismos de tiempo y espacio que logran crear una atmósfera de suspenso mas que de terror como en su cortometraje (Foxes), siempre planteando el juego de los roles familiares, sus funciones dentro de un núcleo, pero también cuestionándolos y no a través de una perspectiva de género de ninguna de las partes, sino dejando entre líneas la interrogante acerca de esta asignación, su origen y el posible objeto de estudio por parte de otras inteligencias que quizá no conocemos.
Garret Shanley, su coescritor tanto en Foxes como en Vivarium
quiso indagar sobre el comportamiento humano dentro de un encierro
prolongado y esto serviría de pretexto para introducir el tema sci-fi
que ambos querían. Vivarium corresponde al nombre que se le da a
un espacio o replica de un lugar con ciertas características para
introducir una población de animales y así estudiar su comportamiento,
conductas y apareamiento hasta la muerte.
La combinación de suspenso y ciencia ficción no ignora del todo al genero del terror. Algunas escenas dialogan con este de manera muy discreta pero contundente al momento de presentarla. En palabras del mismo director irlandés indicó que su inspiración directa fue la serie televisiva: La dimensión desconocida que solía ver cuando era muy joven, pero también se encuentra una referencia marcada a las estructuras sociales creadas o impuestas y el caso real e insólito de un conjunto habitacional irlandés recién creado que quedó totalmente abandonado por razones incomprensibles.
De manera mucho más cinéfila tiene conceptos que parecen venir de la mente de M. Night Shyamalan por dialogar en temáticas con la serie que este dirigió en 2015 llamada Wayward Pines donde de se plantea a una población entera que vive en una realidad paralela que es observada por creaturas desconocidas para conocer su comportamiento. También, por supuesto coquetea con el cine de David Lynch y contiene una rara mezcla entre Stepford Wifes (2004/Frank Oz), The shining (1980/Stanley Kubrick) y Tenemos que hablar de Kevin (2012/Linne Ramsay).
Vivarium
entra en esta lista de películas que tocan temas que se abordan en
platicas sobre teorías conspirativas como las sociedades secretas, los
illuminati o los famosos reptilianos. Sin embargo en una lectura mucho más personal creo que se inclina más por la última, esto por medio de una
lectura muy ambigua para dejar al espectador que genere sus propias
conjeturas. Este ejercicio ya lo había hecho en su cortometraje y es
bastante efectivo, deja al aire las mismas conjeturas pero explora de
manera más profunda muchos temas que pueden cautivar a los amantes del
género de la ciencia ficción.
Sin ninguna duda este largometraje de Finnegan logra capturar al espectador por medio de un tema que estamos viviendo en estos momentos, sus actores y su tan ambigua conclusión y estoy seguro que quedará como una película de culto referencial en muchas mesas cinéfilas.
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