-Reseña- El silencio de otros: el gen rojo

Almudena Carracedo y Robert Bahar, documentalistas que siguieron por un largo periodo el desarrollo de una querella legal en Argentina por demandantes que exigían justicia por tortura durante el periodo franquista en España desde 1936 a 1975. El silencio de otros entre muchos tantos hilos desgarradores, cuenta la poco conocida historia de los niños, hijos de civiles opositores al régimen franquista, que desaparecieron, llamados por Francisco Franco como: El gen rojo.

Muchos no tenemos idea de lo que significó el franquismo en España, algunas películas nos pueden acercar un poco a la barbarie a la que fue expuesto todo un pueblo con el fin de cumplir ideales nacionalistas y extremistas religiosos. Una de esas películas fue un trabajo de restauración que la Filmoteca de la UNAM realizó a: El balcón vacío de Jomí García Ascot, un filme hecho desde el exilio en México y que cuenta, en forma de un relato espejo, sobre una niña que se ve forzada a madurar y crecer, pero también, a dejar su tierra natal gracias a la extrema dictadura que gobernaba su país, que, entre otras cosas, causaba que la vida de ella y de sus padres peligrara. La película es de 1961, filmada aún, mirando desde la distancia, ese régimen político que tanto daño hizo a España, a la infancia y que actualmente es una página negra, entre otras tantas, dentro de la historia mundial. Un relato contado a manera de recuerdos con una voz en off, por una niña que no olvidó el horror, pero sí su infancia robada.

El silencio de otros dialoga de manera muy cercana con la historia de Jomi García Ascot; digamos que la primera es la realidad cruda y oscura a muchos años después de su propio horror y la segunda, es la ficción dolorosa de un gobierno vergonzoso, contada desde la voz de una de sus tantas víctimas que en su momento dio cara y voz a miles de españoles exiliados en México, Argentina, Chile y muchos países más.

Esta conversación entre ambos materiales, siendo muy diferentes el uno del otro por su técnica narrativa y por los puentes de tiempo, sirven de testimonio veraz al mundo del daño que causan los extremos, las ideologías impositivas, las restricciones totalitarias y la búsqueda por una humanidad sabia en su propia opinión. Tiempos muy parecidos a los actuales donde el afán por encontrar la corrección política a todo, se está censurando todo, donde lo político a permeado la moralidad del ser humano pero sólo por encima, para vestirse de un manto de perfección social absurdo que no lleva nada.

Podríamos pensar que muchos países en vías de desarrollo se encuentran condenados a repetir las historias de territorios lejanos que para llegar a su evolución actual, tuvieron que pasar por ciertos estadios socio-políticos que incluían casi su propio exterminio. Nadie escarmienta en cabeza ajena y parece ser que Latinoamérica se encuentra al borde de una hecatombe social que tiene su origen en lo político, justo como en la guerra civil española que dio pie al régimen de Francsico Franco, que sirve de profecía incomprendida y, aún así no logramos vislumbrar lo que viene sobre nuestros propios países.

Los testimonios contados en El silencio de otros son desgarradores, sin embargo al final, resultan esperanzadores y no dejan al espectador con un vacío emocional como bien pudo haber sucedido. El trabajo de recopilación y seguimiento por parte de los documentalistas es minucioso, detallado y tiene un objetivo: proporcionar una absolución definitiva a todos aquellos que la siguen esperando en las miles de fosas comunes, en las fotos de sus hijos desaparecidos y en tierras que no les pertenecen.