¡Madre!, Aronofsky crea el mejor desastre cinematográfico del año

¡Madre! de Darren Aronofsky es de esas películas que divide opiniones. Algunos dicen que es la peor película del director, otros opinan que es una obra maestra de dirección y de historia. ¿A quién creerle?



Primero que nada soy de los que opinan que en estos tiempos cualquier historia original en el cine se agradece. Vivimos una época en la que el cine, más que nada el de Hollywood se está sosteniendo de reboots y remakes de éxitos antaños. Prueba de ello es "IT" de Andy Muschietti y toda la nostalgía de los años ochenta que trae a cuestas. También el cine de súperheroes, aunque reconozco que voy a las salas de cine a verlas, soy de la opinión que ahogan la industria del cine que verdaderamente está comunicando algo.

Darren Aronofsky es un director que parece que se encuentra en una búsqueda espíritual, desde su incomprendida "The fountain", pasando por "Noa" y ahora con "Mother!", el realizador ha plasamdo un camino místico por el que probablemente está pasando, junto con el caos que representa estar dentro de uno de estos torbellinos filosóficos. También hemos visto sus demonios en "Black Swan", las dualidades del ser humano enmarcado de una hermosa y escalofriante narrativa donde visitó las fronteras del horror psicológico.



Su última película ha dividido opiniones, en el festival de Cine Toronto algunos la aplaudieron, otros dijeron que era un trabajo confuso y sin pies ni cabeza. La página de Rotten Tomatoes en su concenso de críticas la colocó con un 68% de reseñas positivas. Paramount la defiende a capa y espada haciendo estas declaraciones a través de su representante de Marketing y ventas internacionales, Megan Colligan:

"Estamos hablando de un director de primera línea, y una actriz de primera línea. Hicieron una película que pretendía ser atrevida. Todo el mundo quiere cine original, y todo el mundo lo celebra cuando Netflix quiere contar una historia que nadie más quiere contar. Ésta es nuestra versión. No queremos que todas las películas sean seguras. Y está bien si a alguna gente no le gusta"

 La productora Paramount está orgullosa de su inversión de 30 millones de dólares, a pesar de que domésticamente sólo haya recaudado 7.5 millones.

Ahora, con todo ese background acerca de esta película daré mi opinión al respecto:

Parte 1: En el principio la tierra era un caos y estaba vacía.


Aunque mi primera reacción fue ¿WTF?, conforme avanzaba la cinta me fue ganando, no solamente por lo caótico de sus escenas, sino también por la maravillosa actuación de Jennifer Lawrence y Javier Bardem. Al momento de la aparición de Michelle Pfeiffer me ganó por completo y me rendí a su mensaje.

El filme esta lleno de símbolismos religiosos y místicos, pero eso lo dejaré a su propio entendimiento. Naturalmente la película está hecha para que su protagonista resalte de manera prominente, todo es JLaw, se gira en funcionamiento de sus reacciones con esos planos expresivos que nos indica que el personaje no está bien. Muy pocas veces el director nos proporciona una toma descriptiva o abierta para poder salir de la claustrofobia evidente de la situación.

En momentos parece un caos y la puedo comparar, pero de forma muy extendida, con el memorable plano secuencia dentro del coche en "The children of men" de Alfonso Cuarón . Todo esta muy bien orquestado, pero parece todo lo contrario, personajes van y vienen todo el tiempo, a veces parece una película coral de puros extras donde pareciera que no pasa nada pero pasa todo.

"¡Madre!" es de esas películas que pareciera que no tiene pies ni cabeza, pero sí los tiene y más que tú y yo juntos. Sólo debes dejarte llevar por el caos en el que te envuelve y te arrastra, no necesitas entenderla, solamente puedes vivirla, porque es extenuante captar todas las referencias filosófico-religiosas que el director inserta dentro de ella, si tienes oportunidad de verla una segunda vez la podrás analizar con mucha más calma.




Parte 2: La fuente de la filosofía

Darren te sumerge en una vorágine de ideas, parece que estas viendo una oda al desorden, pero no. Lo puedo comparar con el famoso canto de las sirenas de la mitología vikinga, donde el canto fuera del mar es caótico, pero bajo del mar es hermoso e hipnotizante. El realizador está lleno de reclamos, furia y cuestionamientos religiosos, lo cual deja muy claro al espectador, pero no tanto sus lecturas escondidas y significados bíblicos a lo cuales cada quien le dará su propia interpretación. El realizador condensa su propia interpretación del origen de las cosas hasta la reflexión filosófica  de la relación del ser humano con su creador, pero siempre visto desde la perspectiva del personaje de Lawrence, lo cual le da un sentdo de tercera persona en todo momento causándote mucha más ansiedad.

También el director plasma sus preguntas y propias respuestas filosóficas, de hecho trata de abarcar muchos temas y como el cambio climático, los levantamientos sociales, la violencia humana contra su propia especie, las guerras, etc. Toda esta mezcla de ideas y conceptos hacen un mash up bien orquestado que lo único que causan es ansiedad en el espectador, siendo invasivo hasta cierto punto sin dejarte descansar de asimilar un concepto cuando otro está llegando. La película no da descanso y te satura de sonidos e imágenes que cuando termina la película parece que te dieron un revolcón intelectual que te deja pensando aún después de salir de la sala.

Parte 3: Hecatombe visual


La película es un ciclo visual, todo siempre iunicia en un punto y termina en el mismo. El juego de la cámara es complejo y continuo, en muchos momentos es agresiva la forma en que Darren plasma su historia tratando de marear al espectador. Sus secuencias en perspectiva desde el personaje principal hace que la película parezca un plano secuencia de larga duración. En las secuencias más álgidas el director trata de perturbarte con un suspenso angustiante donde solo se pueden ver miradas de los otros personajes hacia Jennifer Lawrence, lo cual le da un sentido de misterio que no logras resolver; sabes que algo anda mal y que no está funcionando del todo, pero lo peor es que estas seguro que empeorará, pero no sabes de que forma y es ahí donde radica la maestria del director.

En algunas secuencias se hace referencia varias películas clásicas como "El bebé de Rosemary", por la ingenuidad del personaje y la vivacidad de los errantes que llegan (Michelle Pfeiffer y Ed Harris). También la ansiedad llega con una referencia surrealista extraida de una película de Luis Buñuel, ya sea "El ángel exterminador" o "Viridiana". Todo es un juego visual que te arroja imágenes que no digieres del todo y te encuentras preguntándote "¿Qué acabo de ver?".  Lo cierto es que no puedes salir indiferente, el diálogo con el acompañante se da solo, te provoca opiniones e ideas encontradas porque el proyecto es visualmente impresionante que es extenuante aguantar las más de dos horas de duración.



Parte 4: Conclusiones proféticas


La crítica está dividida, pero estamos frente a una genialidad indudable del cine. Podremos cuestionarle todo acerca de la ambigüedad de sus ideas y creencias a Darren Aronofsky, pero nunca su maestría para plasmar una historia. Siempre desafiante hacia el espectador, llevándolo al extremo de las emociones y de la intelectualidad. ¿Pretencioso? Sí, pero quién no lo es tratando de plasmar un tema tan complejo como lo es la filosofía religiosa desde un punto de vista de un director con tantas ideas y conceptos que parecería que volvería loco a cualquiera. Si bien no le ha gustado a todos, creo que estamos viendo un excelente trabajo de dirección en todos los sentidos, con grandes actuaciones y ensamble. ¡De lo mejor que va en este año!





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