Safari, la realidad sin prejuicios
¿Cuál es el límite para un director de cine? Parece que Ulrich Seidl se respondió esta pregunta en silencio y no se lo comunicó a nadie al realizar este documental acerca del fenomeno de la caza indiscriminada de animales en África.
Si conoces al director austriaco y su mirada crítica a diversos temas como la religión, la prostitución y el amor en películas como Paraiso: amor, Paraiso: fe y Paraiso: esperanza, ya tienes una idea de lo que verás en un documental acerca de la tradición que representa para algunas personas el matar animales solamente por obtener un trofeo, una piel o simplemente una sensación de poderío que representa estar hsta arriba de la cadena alimenticia. El director se encarga de entrevistar a 5 familias que estén de acuerdo en hablar frente a la cámara y aceptar su sangriento orgullo de asesinos, las emociones que asumen al hacerlo y la falta de remordimiento al regresar a casa.
Con planos generales abiertos a cámara fija, Seidl se encarga de seguir a la “pieza” (forma en la que es llamado el animal objetivo) junto con los cazadores hasta el ritualístico saludo y felicitación “de orgullo de cazador” al completar la matanza. Y como espectador pensarías que el director no iría más lejos en su afán de plasmar la realidad en una “Granja de caza de animales exóticos”, pero apenas te recuperas del impacto primero para recibir otro al entrar con cámara en mano tras bambalinas de tan exquisita tradición neocolonialista y ser testigo, no sólo de la matanza, sino también del sangriento desollamiento de los animales muertos en un rastro oscuro operado por empleados africanos que se han rentado para acabar con su propio ecosistema, siendo su paga el comer el resto de los animales como las patas, la boca y las visceras, pero si eso no es pobreza suficiente, la escena siguiente de esa sangrienta imagen, está las caras de la pobreza y la explotación en contraste con la riqueza, resultado de una conquista cínica de un matrimonio alemán parte de un negocio internacional.
El director realiza con planos simétricos al estilo Wes Anderson entrevistas a cada uno de los integrantes de las familias que apoyan esta actividad, con una pared que se ostenta de cargar el mayor número de cabezas de animales de todo tipo, antílopes, búfalos, jirafas y hasta leones. Muchas de estas especies se encuentran en peligro de extinción y estos personajes de manera orgullosa aceptan el daño que están ocasionando pero lo cambian por una sensación de adrenalina que les da la superioridad de su irracional especie y estátus socioeconómico.
“Safari” en apariencia parece que no va a ningún lado, aparenta ser una apología al abuso del ser humano y a la superioridad de la raza humana, pero no es así, es un enjuiciamiento visual a todos y cada uno de los que participan en asesinar a estos animales en su propio ecosistema, dentro de un regimen político arcaico y necesitado de reformas como es el de África, que permite, con el objetivo del crecimiento económico, terminar con su fauna de manera descontrolada.
Actualmente se encuentran más de 15 especies animales en peligro de extinción, 7 de ellas se encuentran en el continente africano a merced de humanos con recursos económicos exhuberantes que les permite realizar y pagar desde 600 euros hasta mil o dos mil euros por una pieza que sirva de trofeo, de tápete o de logro personal en una foto que terminará en el wall de Facebook del cazador.
Para más información busca @Canana Presenta en las redes sociales y difunde este documental.
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