Halloween de Rob Zombie, la visión freudiana de Michael Myers

John Carpenter dirigió la película de terror independiente más rentable de la historia del cine, Halloween en 1978, de ahí en adelante surgieron secuelas y un reboot de parte de Rob Zombie.


La innovación de introducir un punto de vista subjetivo en el terror, más especifico, en el género slasher lo retoma el director John Carpenter para Halloween. Sin embargo este tipo de narrativa ya se había implementado en Black Christmas de Bob Clark en 1974, película que tuvo un remake muy desafortunado en el 2006, Gritos en la oscuridad, dirigida por Glen Morgan (Destino final.) Con esta técnica el director americano se dio a notar mucho más. Con un presupuesto de 300 mil dólares logró recaudar 37 millones de dólares, Halloween de John Carpenter era ya una clásico instantáneo.

En el 2007 el músico y director de cine Rob Zombie ya tenía una carrera como realizador de películas de horror. House of the 1000 corpses y The devil's rejects son un ejemplo claro de su estilo peculiar que atrajo al productor Malek Akkad para realizar una versión que fuera casi original de Zombie. Halloween: el origen propuso durante toda su primera hora todo un origen ideado por los mismos Debra Hill (esposa de John Carpenter), John Carpenter (Halloween 1978) y Rob Zombie. 

¿El resultado? Todo un fracaso para con la crítica y el público. Su estilo la primera hora es estático, con tomas fijas y pulcras (en el psiquiátrico) que también le da guiños al documental. La segunda hora es intencionalmente con más cámara en mano y movimientos mucho más violentos que hacen parecer que son dos películas diferentes:

LOS MYER

El origen. Donde conocemos la niñez de Michael Myers; un origen violento dentro de una disfunción familiar marcada drásticamente por la muerte de la inocencia del niño que dio pasó al asesino de manera brutal. Una madre que tiene por profesión el baile exótico, un padrastro de agresiones verbales más que físicas y una hermana adolescente prematuramente madura, son parte de la creación de un niño con perfil psicópata. 

Es aquí donde Rob Zombie  introduce, intencional o no, el concepto freudiano del psicópata. Tiene que ver con algo mucho más edípico que el propuesto por Lacan llamado como "El nombre del padre": esta propuesta estudia que cuando hay una falta de la figura paterna se desarrolla un rasgo típico de la enfermedad. Pero no todos los que crecen sin un padre son asesinos en serie, así que Lacan llegó a la conclusión de que puede existir FORMACIÓN por un solo padre, siempre y cuando se logren cubrir los dos roles, el del padre y la madre; la ausencia del ejemplo paterno detona uno de los rasgos psicópatas.

Michael, según Rob Zombie, tiene una relación edípica con su madre y en cierto grado incestuosa, por su parte, con su hermana mayor. Esto se ve reflejado en varias escenas. Una cuando los bullyies insultan a su madre en el baño y el reacciona violentamente. Después cuando entra a la recámara de su hermana y le acaricia la pierna ya con la legendaria máscara puesta. 

También en este origen propuesto por el realizador se ven varias facetas de Michael: la que adopta cuando mata con la cara de payaso y otra cuando asesina con la máscara inexpresiva blanca. Esto marca la muerte de la inocencia del niño (con la de payaso) a la creación del asesino en serie con la otra. Esta pista del director plasma que aún hay sentimientos, de venganza, de amor fallido y de rechazo, para después, con la segunda, no mostrar ningún tipo de lazo familiar al asesinar a su hermana.

Después, en la escena cuando llega la madre y él se encuentra afuera de su casa con Boo en brazos,  nuevamente con cara de payaso, se entiende que en presencia de mamá tiene una actitud muy diferente, la de inocente, misma faceta que se va diluyendo durante el final de la primera hora.

Todo esto es un preámbulo para entender la raíz de la psicopatía de Michael y los hechos después de la matanza de su propia familia. Preludio que no tenemos con el clásico de Carpenter y que tal vez, para muchos, no era necesario.



EL ASESINO

Rob Zombie a diferencia de John Carpenter hace un statement mucho más profundo y violento, te introduce más a la psicopatía de un asesino que en su primera parte no sigue como receta lo realizado en 1978, sino que crea más una reinterpretación libre del personaje creado por Debra Hill y Moustapha Akkad de la mano con John Carpenter.

Rob Zombie contó en algunas entrevistas que cuando Bob y Harvey Weinstein, dueños de Miramax le ofrecieron dirigir la reinvención de Michael Myers él mismo fue a rendir tributo con el creador original y pedir una opinión acerca del tratamiento que debería de seguir para poder llevar a cabo el personaje con respeto y bendición de su creador. A esto el director John Carpenter, le dice literal:

"Make it own (hazlo tuyo)"  
Con esta luz verde Rob indica que respetó mucho la esencia de la original, sin embargo quería darle un propósito al asesino en serie, un camino a seguir y no sólo matar por matar. Lo que dio como resultado, más en la segunda parte que en la primera, una reinvención totalmente diferente, haciendo suya la historia de Michael Myers con los matices y características de sus personajes que tienden más al horror que al terror.

Zombie no es un director del género del terror, sus imágenes corresponden mucho más al shock, al impacto en sus secuencias que coquetean al límite con el gore. Es por esto que probablemente a los fans del clásico no les gustó lo hecho por el realizador y músico. La crítica fue más negativa que positiva para ambas películas, algunos mencionan que era innecesaria tanta violencia gráfica para espantar al espectador, otros que:

"Es el Batman inicia del género slasher"

Este festín de sangre por el que el director se decanta habla bastante de un estilo propio más que de un género en específico. Sus proyectos anteriores a este son historias de forajidos sangrientos, con excesos de violentos desmembramientos y no se detiene nunca a pensar en una clasificación no restrictiva. Crea obras para él y los que conocen más su estilo. No cabe duda que se tomó bastante en serio el consejo de apropiarse de la historia de Michael Myers.

Su protagonista, Laurie Strode, es más una víctima de lo que en el psicoanálisis llaman: constelaciones familiares. Creando una situación aún más compleja que solamente ser perseguida por un asesino. Está siendo cazada por un destino familiar, que según esta teoría junguiana, está condenada a repetir ese patrón conductual psicópata de su hermano menor Michael Myers.

Obviamente esto cambió radicalmente las cosas, pasó de ser una película de terror para adolescentes a ser un drama de horror familiar donde intervienen más variables que sólo el instinto de supervivencia al correr de un asesino.

Esto lo vimos con más claridad o lo podemos entender mejor en lo hecho por Ari Aster en Hereditary (2018). Donde tenemos a una familia acosada por un demonio y dejando de lado a este, tenemos un destino trágico trazado por la abuela, que desde el inicio de la película se nos cuenta que muere. Sin embargo dejó un camino marcado, las constelaciones ya habían sido sembradas para poder cumplir un propósito mucho más oscuro y tenebroso que sólo una insípida película de sustos. El destino es más terrorífico aún, porque no se puede escapar de el.



Hago referencia a esta película actual porque creo que nadie entendió lo hecho por Rob Zombie con Halloween. Su segunda parte no la hizo con base a un asesino buscando a su víctima en el hospital, eso lo resuelve en la primera media hora de manera mucho más osada e inteligente. Para en la hora y media restante crear una nueva historia con un mismo asesino en serie, donde intervienen factores oníricos, alucinaciones y sueños proféticos que atacan la mente del personaje principal, cumpliendo al pie de la letra lo dicho por Sigmund Freud:

"La niñez es destino" 













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