El Infiltrado del KKKlan y mensaje nacionalista de Spike Lee



Spike Lee presenta la historia real de Ron Stallworth, primer policía afroamericano en infiltrarse dentro del Ku Klux Klan repleta de humor negro con un trasfondo tendencioso acerca del nacionalismo americano.

En 1979, en pleno auge del movimiento de los derechos civiles, Ron Stallworth (John David Washington) se convirtió en el primer detective afroamericano del departamento de policía de Colorado Springs. Para probar su temple, Ron decide infiltrarse en el grupo local del Ku Klux Klan bajo la identidad de su colega judío Flip Zimmerman (Adam Driver) para poder desmantelarlo. 

La situación se complicará aún más cuando Flip, (con el nombre de Ron), tendrá que asistir a las reuniones para pretender ser un blanco supremacista y ser aceptado por el clan. Lo que dará inicio a la operación encubierta más inverosímil de la historia.  

Del realizador que nos trajo en 1992 Malcolm X, llega a las salas de cine una historia que nos adentra al Ku Klux Klan, retomando así problemáticas sociales de época y al mismo tiempo proponer una postura antinacionalista. Y es donde El Infiltrado del KKKlan tiene su principal problema, por lo tendencioso de su trasfondo.

Desde el inicio Lee nos presenta a Ron como un afroamericano que siempre quiso ser policía. Sin importar las dificultades que sufrió por ser negro, él nunca se detuvo hasta liderar la operación para desmantelar al clan. De ahí el conflicto tácito recae en el racismo que se exalta en los miembros del KKK. Es bien sabido que esta organización nació a partir de la Guerra de Secesión en el siglo XIX y que promueve principalmente la supremacía de la raza blanca.

Por tanto el racismo, la xenofobia, la homofobia y el antisemitismo son las principales posturas de este grupo de personas. Y aquí el director utiliza estas armas para  mostrar una problemática actual en Estados Unidos, ya que el KKK sigue estando vigente y el fanatismo de esta organización es verdaderamente perturbador.

Podemos ser testigos del pensamiento retrograda que poseen los miembros de Ku Klux, y de la difícil situación de Flip en mimetizar su personalidad judía para encajar y no ser descubierto. Todo esto aderezado de un humor negro ácido brillantemente manejado que recae principalmente en Ron, con una actitud de repudio hacia los negros, que resulta simplemente hilarante.

Al mismo tiempo conoce a Patrice (Laura Harrier), con quien entabla una relación bajo la postura de defender los derechos de los estudiantes de color.  
Pronto Ron deberá decidir de qué lado estará cuando sus convicciones y valores se pongan a prueba y tenga que elegir un bando del conflicto.
El guion basado en el libro del propio Stallworth no pierde interés en el espectador a través de sus 135 minutos de duración, que se complementa con un diseño de producción y vestuario acorde a la sensación setentera y nos da un recorrido por la cultura afroamericana.

John David Washington ofrece una interpretación convincente y empática al a vez, pero decae en su falta de carisma para personificar a un detective dispuesto a arriesgarlo todo con el fin de desmantelar al Klan. Pero que se compensa con su irreverente sentido del humor y sobredosis de modestia. Adam Driver se mantiene como una notable adición al ensamble como el compañero profesional, serio y dedicado a su trabajo.

Mención especial para Alec Baldwin y Topher Grace. El primero tiene una participación mínima al inicio del film, pero llena de sarcasmo genuino. Y el segundo interpreta a David Duke, el “Gran Mago” del KKK que tiene un papel fundamental en el clímax de la cinta. El resto del ensamble cumple notablemente en conjunción coral.

Como mencioné anteriormente, la postura tendenciosa de la cinta recae en su última parte, haciendo que la visión del director se sobre exponga y se explote restando el impacto en la audiencia y termina explicando de más el mensaje Spyke Lee quiere dar. 

Blakkklansman resalta como un ejercicio de consciencia acerca de una problemática actual en Estados Unidos, y particularmente a la administración de Doland Trump.

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