El peral silvestre y las catástrofes constructivas

¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Qué es un propósito existencial? ¿Dios o no Dios?



Todas estas preguntas las plantea Nuri Bilge Ceylan para desafiar al espectador y llevarlo a otro nivel no sólo de análisis cinematográfico, eso es mucho pedir, sino de una reconstrucción de ideas y conceptos filosóficos acerca de un todo que se divide en muchas partes.

La moral, la espiritualidad, la religión, el trabajo, la honestidad y entre tantos muchos conceptos, la lealtad a tus raíces.

Un aspirante a escritor, Sinan, regresa a su pueblo en Turquía después de haber logrado salir y estudiar una carrera universitaria. Esto él no lo ve como un triunfo, lo analiza como un retroceso del cual quiere avanzar lo más rápido posible. Este retroceso lo lleva a darse cuenta de lo standard que es su vida aún con una enseñanza académica. Su visión de la existencia hasta ese momento, es mucho más romántica acerca del éxito y el esfuerzo. Cuando se topa con la cruda realidad, una catástrofe personal a su ego, él debe de volver a construir, ahora con una visión diferente, todo lo que ha vivido y adonde quiere llegar con ese desencantamiento por la vida.


Profundamente filosófica y no me sorprende absolutamente nada de lo que vi en más de tres horas de duración en El Peral Silvestre. Casi tiene el mismo metraje que la película por la que Nuri Bilge Ceylan ganó la Palma de Oro en Cannes, Sueño de invierno. El trabajo de este director turco es realmente profundo sin caer en lo pretencioso del tema que quiere desarrollar.

Muy cercano en introspección a Terrence Malick, pero a diferencia de él, Nuri es mucho más práctico y directo con sus diálogos, no da descanso a la mente del espectador para que vaya asociando ideas y conceptos que no deberían ser tan intelectuales, pero en una sociedad donde una película como Avengers: Endgame es una de las más taquilleras, el lenguaje filosófico resulta aburrido y repetitivo. Sin embargo y dejando fuera su larga duración, el director toca temas existencialistas en cada escena, también juega con la perspectiva del espectador al hacer algunos juegos visuales con algunas escenas, colocando primero lo que él piensa que debes ver y después lo que él mismo quiere que sea la resolución.

Estos juegos visuales y de guion me recuerdan mucho al estilo de Jean-Luc Godard, cuando el otorga la interacción al espectador pero, él como realizador decide al final que sucede con su historia, jugando mucho con las expectativas y resoluciones que tú ya hiciste en tu mente. ¡Esto en cines es fascinante!

A diferencia de otros directores igual de grandilocuentes con sus secuencias y fotografías, Nuri es más sobrio y artesanal con las imágenes. Cada toma te dice algo sin un solo diálogo, me refiero a qué hay realizadores que usan una imagen preciosista para apantallar al espectador exigente, y no está mal, pero aquí nada es gratuito, todo aporta, incluso los largos diálogos donde el rostro del personaje principal va cambiando de gestos de relajados a enardecidos, todo va dibujando algo más grande.



Eso sí, hay que entrar a la sala de cine con la idea de que verán un cuadro que se toma su tiempo para ser apreciado. Las ideas aunque son sueltas, se van desarrollando con cada diálogo interno y filosófico de Sinan, forman parte de un todo, elementos de los que se forjará esta personaje que tiene como hilo conductor el publicar su primer libro y, que estará dispuesto a pasar por sobre todo para lograrlo, en un sentido simbólico de autosuficiencia personal y banal.Algo muy humano que el director plasma, más no juzga.

Las preguntas que vas leyendo a través de la apreciación de la película, el director te las contesta claramente, bajo su perspectiva de las cosas, pero tú ya las respondiste de manera personal en tu mente. Esto es lo grandioso de este director, que guía al espectador con una sutileza impresionante.
Pronto estará en muy pocos cines y aunque es muy larga e inusual, también lo es su tema y su moraleja espiritual y emocional.

Sin duda estamos frente a un director que demanda mucho de su espectador, tanto en tiempo como en pensamiento, sin embargo el poder apreciar los temas tratados en esta película y comprenderlos aunque sea un poco es bastante placentero.

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