Un amor a segunda vista, y el amor cuántico
La teoría de las cuerdas y la física cuántica han sido un tema ya recurrente dentro del cine. Películas como Interestelar, La casa del lago y Hombre de familia han explorado, con demasiado éxito, las posibilidades de vivir en otras realidades y ser la misma persona, pero en diferentes circunstancias.
23º Tour de Cine Francés/ Un amor a segunda vista |
Raphaël es un escritor famoso gracias a una saga literaria de ciencia ficción, casado con Olivia, una pianista que hizo a un lado su carrera como músico para estar con él. Sin embargo desde hace unos años y desde que la fama entró por la ventana, Raphaël ya no le presta atención a su esposa y un buen día amanece en una realidad paralela donde sigue siendo escritor pero no famoso, sino profesor en una escuela y no está casado con Olivia, quien sí es una pianista famosa y a punto de casarse con su representante. Raphaël debe reconquistar al amor de su vida lo más pronto posible.
¡Nunca es tarde para volver a comenzar! Es el mensaje universal de Un amor a segunda vista. Una comedia romántica acerca de valorar lo que se tiene y recordar el valor y el esfuerzo que te costaron las cosas. ¿Comedia ligera? No lo creo, el director Hugo Gélin dirige una combinación perfecta entre la comedia de situación y una historia de amor que podría haber rayado en la ciencia ficción, pero que gracias al tratamiento tan afortunado de su guion logra cuajar como como un sólido romance que te hace valorar el amor y la compañía de tu vida.
Muy afortunado contar con un par de actores jóvenes franceses que actualmente son pareja en la vida real para crear una química de matrimonio creíble dentro de la película. La personalidad de François Civil y el carisma de Joséphine Japy cohesionan los elementos para que esta historia de amor en la pantalla pueda cautivar al espectador. Estos dos la hacen creíble y hasta cierto punto profunda por las buenas actuaciones. La película podría haber caído en la farsa y ridiculizar a sus personajes, pero toda la comedia cae en el mejor amigo de Raphaël, que aligera mucho la pesadez del personaje principal.
Muchos de los chistes que la hacen parte del género de la comedia romántica son situacionales, de esta forma los personajes no tratan de ser chistosos, lo que permite que resalte mucho el mejor amigo, que se encarga de aligerar el drama que está viviendo Raphaël y Olivia. Este personaje es muy efectivo y lo resalto porque es serio cuando tiene que serlo y chistoso en los momentos adecuados, es el balance perfecto.
También me permito decir que es existencialista en cierto grado por colocar a Raphaël en una encrucijada personal de aceptar su nueva realidad o cambiar el destino impuesto por la física cuántica. Esto pone en real cuestionamiento la existencia de la predestinación y si realmente nuestra historia ya está escrita o bien, nosotros vamos cambiándola conforme vamos tomando decisiones en la vida. La película Sliding doors con Gwineth Paltrow planteaba la misma observación acerca de el destino y aunque era mucho más evidente el dramatismo lograba dialogar con ambas situaciones sin reducirla al melodrama barato.
A mi opinión, Un amor a segunda vista es una comedia romántica completa que cumple con lo que promete y además no se olvida de manera fácil porque logra dejar una huella imborrable en el espectador por su tema y tratamiento.
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